Los talleres deben aceptar los neumáticos fuera de uso y los productores gestionar su correcto tratamiento medioambiental
La ley prohíbe hoy en día el abandono de los neumáticos fuera de uso (NFU), para evitar su impacto en el medio ambiente y reaprovecharlos como materia prima. Por lo tanto, los consumidores no pueden desprenderse de sus neumáticos usados de cualquier manera. El proceso más habitual consiste en realizar el cambio de neumáticos en un taller, cuyos responsables tienen que aceptar los viejos y entregárselos a un gestor autorizado para su correcto tratamiento medioambiental. Ahora bien, el consumidor paga por cada nuevo neumático un pequeño importe para cubrir los gastos que suponga su gestión en el futuro.
Los NFU son un residuo no biodegradable que abandonado en el medio ambiente provoca un impacto visual desagradable y una pérdida de espacio aprovechable. Asimismo, su apilado en la naturaleza puede convertirse en un foco de contaminación y de diseminación de plagas y enfermedades. En caso de ser quemados, estos residuos pueden provocar diversos efectos no deseados, como la emisión a la atmósfera de gases y partículas nocivas.
Por ello, el Real Decreto 1481/2001 prohíbe, desde el 1 de enero de 2003, la eliminación (como vertido o mediante la incineración sin recuperación energética) de NFU enteros y, desde el 1 de enero de 2006, la de los NFU troceados. Las comunidades autónomas (CC.AA.), que cuentan con la competencia en materia de residuos, pueden sancionar a quienes realicen el vertido ilegal del neumático. El importe económico de la sanción depende de cada CC.AA., si bien puede ascender a varios miles de euros si se considera una infracción grave.
El proceso de valoración tiene un precio, que se cubre con el "ecovalor" que paga el consumidor
Los productores están obligados a responsabilizarse de la recogida y correcta gestión de tantos NFU como nuevos introduzcan anualmente en el mercado de reposición en toda España, tal y como indica el Real Decreto 1619/2005. Para efectuar este trabajo, y de paso reducir costes y garantizar el mejor servicio posible, los productores tienen la posibilidad de agruparse en sistemas integrados de gestión (SIG). En el caso de los residuos de neumáticos, SIGNUS es el principal SIG, creado por iniciativa de los actores más importantes del sector de los neumáticos.
La ley prohíbe hoy en día el abandono de los neumáticos fuera de uso (NFU), para evitar su impacto en el medio ambiente y reaprovecharlos como materia prima. Por lo tanto, los consumidores no pueden desprenderse de sus neumáticos usados de cualquier manera. El proceso más habitual consiste en realizar el cambio de neumáticos en un taller, cuyos responsables tienen que aceptar los viejos y entregárselos a un gestor autorizado para su correcto tratamiento medioambiental. Ahora bien, el consumidor paga por cada nuevo neumático un pequeño importe para cubrir los gastos que suponga su gestión en el futuro.
Los NFU son un residuo no biodegradable que abandonado en el medio ambiente provoca un impacto visual desagradable y una pérdida de espacio aprovechable. Asimismo, su apilado en la naturaleza puede convertirse en un foco de contaminación y de diseminación de plagas y enfermedades. En caso de ser quemados, estos residuos pueden provocar diversos efectos no deseados, como la emisión a la atmósfera de gases y partículas nocivas.
Por ello, el Real Decreto 1481/2001 prohíbe, desde el 1 de enero de 2003, la eliminación (como vertido o mediante la incineración sin recuperación energética) de NFU enteros y, desde el 1 de enero de 2006, la de los NFU troceados. Las comunidades autónomas (CC.AA.), que cuentan con la competencia en materia de residuos, pueden sancionar a quienes realicen el vertido ilegal del neumático. El importe económico de la sanción depende de cada CC.AA., si bien puede ascender a varios miles de euros si se considera una infracción grave.
El proceso de valoración tiene un precio, que se cubre con el "ecovalor" que paga el consumidor
Los productores están obligados a responsabilizarse de la recogida y correcta gestión de tantos NFU como nuevos introduzcan anualmente en el mercado de reposición en toda España, tal y como indica el Real Decreto 1619/2005. Para efectuar este trabajo, y de paso reducir costes y garantizar el mejor servicio posible, los productores tienen la posibilidad de agruparse en sistemas integrados de gestión (SIG). En el caso de los residuos de neumáticos, SIGNUS es el principal SIG, creado por iniciativa de los actores más importantes del sector de los neumáticos.
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